El espectro de nuestro sol, se compone de un 55% de infrarrojos (IR), 40% de lo que llamamos luz visible (LV) y únicamente de un 5% de rayos ultravioleta (UV), siendo estos últimos los que más nos suenan o los más conocidos. Todos ellos se diferencian entre si por la longitud de onda y penetran con más o menos profundidad en nuestra piel.
Mientras los IR y la LV llegan hasta la dermis más profunda (dermis reticular), los UVA alcanzan directamente la dermis. Por su parte, los UVB atraviesan únicamente la epidermis, incluso la dermis más superficial (dermis capilar).
Finalmente los UV son menos penetrantes, pero si muy peligrosos, por lo que a continuación os mostramos, como inciden cada uno de ellos sobre nuestra piel:
En primer lugar hablaremos de la elastosis solar, la cual una condición en la cual la piel sufre daño crónico como resultado de la radiación ultravioleta, conjuntamente con cambios relativos a la edad. Esto da lugar a un aspecto surcado amarillento de la piel, que es también gruesa y parece más áspera que normal.
RAYOS INFRARROJOS (IR).- Responsables de la Elastosis Solar.
Los IR, que componen el espectro solar, tienen una gran longitud de onda, que supera los 800 nm. Al penetrar en la dermis reticular, alteran la cadena respiratoria de las proteínas de estructura (elastina y colágeno) presentes en la matriz extracelular.
Generan igualmente mutaciones del ADN, impidiendo a los fibroblastos dividirse y sintetizar las nuevas proteínas de elastina y colágeno. La producción de las moléculas de sujeción cae inevitablemente.
Paralelamente, los IR estimulan la acción de la enzima catepsina G y conllevan un flujo importante de calcio (consecuencia directa de la activación de los receptores de calor en la superficie de la piel).
Estos dos elementos estimulan la actividad de la metalopreteasa matricial MMP-1, responsable de la degradación de las proteínas de estructura y, por lo tanto, de la degradación de la matriz extra-celular.
RAYOS ULTRAVIOLETAS (UV).- Culpables de la elastosis solar y las manchas oscuras.
Los UV, que componen el 5% del espectro solar, tienen una longitud de onda comprendida entre 280 y 400 mm.
Desempeñan un papel fundamental en la síntesis de la vitamina D y la melaninapero también están ampliamente implicados en el fenómeno del envejecimiento, aún y ser menos penetrantes que los IR y LV. Durante la exposición solar, los UV crean directamente radicales libres, productores de estrés oxidativo, generando importantes daños en el ADN:
Los UVA cortos y largos, representan el 95% de los UV. Alcanzan la dermis, dañan las fibras de colágeno y elastina y conducen de este modo al fenómeno de elastosis solar. Además, los UVA están en el origen de la des-regularización del proceso de melanogénesis y son responsables de la aparición de las manchas oscuras.
Los UVB son, en parte, absorbidos por la epidermis, son responsables del bronceado pero los eritemas solares que producen, alteran de forma precoz los queratinocitos de la capa córnea.
LUZ VISIBLE (LV).- Causante de las manchas y la deshidratación
La LV, que compone el 40% del espectro solar, tiene una longitud de onda comprendida entre 400 y 800 nm. Desempeña un papel fundamental en la fotosíntesis. Al penetrar en totalidad de la dermis, acelera los daños ligados al fotoenvejecimiento: La LV es responsable de más de la mitad de la producción de los radicales libres durante la exposición solar. Genera un auténtico estrés oxidativo y amplia la acción de la MMP-1 (metaloproteasa matricial). Esta sobreproducción y sobreactividad intensifican considerablemente los signos del fotoenvejecimiento.
Además, los radicales libres generados fragilizan y debilitan la barrera cutánea, al desnaturalizar las células de langerhans presentes en la epidermis, alterando el proceso de auto-reparación del organismo.
La exposición de la LV des-regula e induce una repartición “anárquica” de la melanina en los queratinocitos de la epidermis. Al migrar hacia la capa córnea, las células sobre-pigmentadas forman cúmulos y aparece en la superficie de la piel una pigmentación irregular, son las manchas oscuras.
A continuación os aconsejamos 4 modos para protegerse del fotoenvejecimiento y los daños que como hemos visto puede provocar el sol.
- Hidratación.- Empezamos por lo más básico. Una piel hidratada favorece la recuperación cutánea, además reduce el riesgo de descamación y favorece un bronceado mucho más uniforme. También es importante hidratar tanto la piel, como el resto de órganos desde dentro, bebiendo al menos 2 L de agua al día.
 - Protección solar SPF.- siempre que vayamos a exponernos al sol más de 5 minutos debemos utilizar protección solar para reducir el riesgo. Hay filtros físicos y químicos y millones de texturas y acabados para protegernos del sol no sea ninguna tortura.
 - Tomar un suplemento antes del verano para preparar la piel y protegerse del sol.- Los suplementos naturales, siempre son una buena idea para darle un empujón a nuestra piel. Existen suplementos que nos protegen frente a la radiación solar y aumentan la pigmentación e hidratación de nuestra piel.
 - Antioxidantes.- Una consecuencia de la exposición solar es la oxidación de las células, por eso puede ser una buena idea tomar y utilizar antioxidantes para prevenirlos. Algunos antioxidantes son por ejemplo, la vitamina E, la vitamina A, la vitamina C o la niacinamida.
 
Como veis, debemos tener mucho cuidado con los rayos de sol, esperamos que con este post os hayamos resuelto algunas dudas de como nos afectan y como prevenir sus efectos.
Hasta el próximo post…